Opinión

Alétheia

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Por Walter Anestiades

Alétheia

En la noche del pasado martes un diario provincial reprodujo las siguientes afirmaciones de Mario Vialey, ministro de Ecología de Misiones: “Hoy el avión que estaba trabajando en la reserva Biósfera Yabotí tuvo un problema mecánico, que mañana ya va a estar solucionado, y así vamos a tener tres aviones hidrantes trabajando. Uno en Yabotí saliendo desde San Pedro, otra en la zona del Cuña Pirú, donde se descontroló, saliendo desde Oberá y la tercera quedará en Apóstoles para la zona sur”.

¿Eh?

La provincia de Misiones tiene un Ministerio de Ecología, del que depende una Dirección de Bosques Nativos, de la que se desprende un área denominada “Plan de Manejo del Fuego”. Incluso hay una flamante Secretaría de Cambio Climático. Y posee una estupenda relación con un gobierno nacional “que apuesta al federalismo”. Impresiona la cantidad de recursos humanos de las que disponen el estado provincial, más el estado nacional, para-por ejemplo-combatir incendios forestales y sequías.

El miércoles 25 iban a llegar a Misiones tres aviones hidrantes para ayudar a los magníficos bomberos y a los ciudadanos voluntarios que se dedicaban, con altruismo, a sofocar las llamas que recorrieron buena parte de la extensión de la provincia. Es que, por suerte, estamos en el siglo XXI, tiempos de tecnología y conectividad al palo.

Pero no llegaron tres aviones hidrantes. Tampoco dos. Ni siquiera uno. Porque el que había tuvo problemas mecánicos (justo cuando se lo precisaba). Lo que llegó fue lo que siempre llega desde el periodo Cuaternario o Neozoico: la lluvia.

El 10 de diciembre la renovación cumplirá diecisiete años en el poder. Y Carlos Rovira, veintiuno. Tiempo como para encarar alguna obrita que provea a los misioneros de agua potable cuando hay sequía o coordinar acciones eficaces para que apagar incendios no dependa exclusivamente del esfuerzo de los bomberos y sus siempre escasos recursos, tuvieron, ¿no?

La ciudad de Oberá, por ejemplo, está arriba de una reserva mundial de agua dulce como el Acuífero Guaraní. Sin embargo, está a muy poco de tener que declarar, de nuevo como en las épocas de Rindfleisch, la “emergencia hídrica”.

Hay que ser muy incapaz para lograr que el recurso que sobra, falte.

Párrafo aparte para la caterva de subnormales que se la pasan haciendo fuego en épocas en que eso es extremadamente peligroso. Incluso hubo algunos que les tiraron piedras a los Bomberos Voluntarios de Oberá para que dejen de trabajar. ¿Okupas? ¿Envidiosos? ¿Ignorantes? ¿Piromaníacos?

Entre la desidia de arriba y la maldad y la indolencia de abajo hay que decir que el pronóstico es reservado.

La “alétheia” es un concepto proveniente de la Grecia Antigua que recuperó el alemán Martín Heidegger. Es la acción de correr el velo para que aparezca lo que estaba oculto. De ahí deriva la palabra “develar”.

Pero no basta con que el fuego o la sequía corran los velos.

Hay que querer ver.

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