Opinión

Ta-Ta-Ta-Ta-Ta…En Problemas

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Escribe Walter Anestiades

Ta-Ta-Ta-Ta-Ta…En Problemas

Cada vez que el presidente Alberto Fernández intente olvidar quién lo nominó al cargo y para qué está ocupándolo, su vice se lo va a recordar a través de alguno de esos voceros que le sobran. Los tuits de Cristina Kirchner vienen con eco.

En la semana que se fue se pudieron ver las semanas que se vienen. A través de Víctor Hugo Morales, Hebe de Bonafini, o Julio De Vido, (porque parece que Frankenstein y Drácula están en aislamiento), el Presidente fue advertido de que la impunidad tan deseada se está dilatando demasiado. Por eso, quizás aprovechando que tener al país fundido no le debe quitar demasiado tiempo, se hizo un espacio para llamar a la radio en la que trabaja Morales y, vía el charrúa, darle explicaciones a la jefa y a sus soldaditos de plomo.

Pero lo más trascendente de la respuesta de Alberto Fernández a los aprietes no fue eso. Tampoco su retórica conciliadora con las Madres de Plaza de Mayo. No. Lo realmente importante, y por eso pasó desapercibido en esta sociedad que no distingue entretenimiento de información, es que el Presidente confirmó que en estos días enviará al parlamento el proyecto para hacer la reforma judicial. Que veremos en qué consiste punto por punto. Pero que las innovaciones en la justicia queden en manos del sector político que más explicaciones le debe, y que ya ha dado muestras del significado que le dan al término “reforma”, es para hamacarse.

Estas líneas se escriben desde Misiones. Donde sus habitantes deberían saber lo que pasa cuando los que mandan se aseguran que la impunidad sea legal.

Cristina Kirchner no debería estar en condiciones de pedir respuestas. Antes, tendría que contestar muchas preguntas. Que las responda es lo que debería pasar en un país que pretenda un futuro más o menos sólido. Lo contrario será acomodarse fatalmente a ser un gris habitante que acepta que funcionarios públicos, secretarios, sindicalistas y choferes ligados al poder se hagan millonarios y disfruten de los recursos que hacen que después él no tenga donde caerse muerto.

Que quede claro. Los Muppets no se están peleando por Venezuela. Están discutiendo, en voz alta, por los tiempos de la exención y del desquite que los mueve.

“El carácter de un hombre es su destino”, dijo Heráclito de Éfeso. Los ciudadanos deberán tener el carácter del que carece esta dirigencia opositora que en las goleadas recibidas, festeja demasiado el gol del descuento. La agenda económica del gobierno excluye a la clase media, para la que tienen otros planes. Ya se irá viendo.

En “Camila”, la notable película de María Luisa Bemberg, la protagonista le cuenta a su hermano sacerdote la historia de un insecto que nace a las nueve de la mañana y muere a las cinco de la tarde del mismo día. Camila se pregunta y le pregunta a su hermano, “¿cómo puede ese insecto comprender el significado de la palabra noche?”.

Millones de argentinos no tienen trabajo y les urge un peronismo de verdad, el de la justicia social, el que genera trabajo y reparte pedazos de la torta, no las miguitas. Hay que crear riqueza armando un capitalismo en serio, en vez de perder el tiempo discutiéndolo. Hay que educar con exigencia. Hay que sacar al pobre de su pobreza para que deje de ser cliente. Hay que explotar de una buena vez los recursos que tenemos. Hay que cortarla con tanta impunidad. Hay que dejar el insoportable bla bla bla y exhibir gestión. Hay que evitar que ser asaltado sea parte ineludible de la historia cotidiana. Asumir que el estado no está para acomodar a los inútiles del partido y los privados no están para socializar sus pérdidas.

Pero, ¿quién se lo hace entender a este gobierno y a sus defensores?

Si para ellos todo eso, es la palabra “noche”.

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