Opinión

Twitteros de sofá

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Columna de opinión por Bryan Villalba.

Twitteros de sofá
Foto vía AFP

En esta última semana los opinólogos de café (entiéndase por tal, aquellos que quieren cambiar al mundo sentados en un sofá opinando desde su celular) han entrado en estado de conmoción al enterarse que Elon Musk ha comprado su red de descargos favorita, Twitter.

Como ocurre habitualmente, la crítica corre por el hecho de que un multimillonario ha decidido invertir en el sector privado y no ha utilizado dicho dinero para “paliar la pobreza en el mundo” por ejemplo.

Como si no fuera suficiente, tildan al nuevo CEO de la compañía de ser “dictatorial”, “un peligro para el mundo”, “egoísta”, y tantos otros adjetivos que se pueden resumir en “no nos gustan sus tweets sarcásticos y defiende la libertad de expresión”.

En primer lugar, para responder a tan grosero ejemplo, que realmente lo planteo un usuario, debemos ponernos en situación. La compra de Twitter se realizó por un monto de 44 MM de dólares, dándole el primer punto a favor a Elon por invertir en una red social y no en Argentina por ejemplo, ya que es prácticamente el mismo monto que nos prestó el FMI, quien dicho sea de paso continúa apostando a un moroso serial.

Si tomáramos como referencia el dato brindado por el Banco Mundial, de que en el mundo hay 700 millones de personas en situación de pobreza y dividiéramos dicha cifra (44MM), tendríamos que le correspondería a cada persona el equivalente a 60 dólares, monto con el que difícilmente se pueda resolver algún problema estructural.

La segunda crítica que especialmente molesta a la izquierda mundial, es que una persona del sector privado haga con su dinero lo que le plazca. Es decir, que invierta y apueste al único sistema que funciona en el mundo que realmente brinda puestos de trabajo, mejora en la capital humano y el desarrollo: el capitalismo.

¿Y que hay del argumento que pone en peligro la libertad de expresión? La administración anterior de Twitter en cabeza de Jack Dorsey, no fue la mayor defensora de la democracia que digamos. Desde el fenómeno “Black Lives Matter” en pleno 2020, la red social ha bloqueado numerosas cuentas de medios de derecha, eliminado y suspendido cuentas que denunciaban el fraude en las elecciones de EEUU, bloquearon y suspendieron de por vida la propia cuenta del presidente Donald Trump y por si fuera poco haciendo un leve paralelismo, la cuenta de Vladimir Putin continua activa, estando en una de las guerras más relevantes de los últimos tiempos con Ucrania.

El mismo Elon Musk ha Twitteado recientemente: “Para que Twitter merezca la confianza del público, debe ser políticamente neutral, lo que efectivamente significa molestar a la derecha y a la izquierda por igual”, haciendo mención justamente a que durante este último tiempo la red social se ha alineado con la izquierda mundial, siendo totalmente parcial con las decisiones que se tomaban desde la administración.

El verdadero problema de la izquierda es que no le dejan imponer su agenda, les molesta que la gente y sobre todo las generaciones Y y Z, hayan decidido abandonar los medios de información tradicionales dónde su pensamiento y relato predominan.

Les resulta casi doloroso, que un joven elija informarse en una red social con el contenido que decide ver, en lugar de ver un noticiero pagado con la pauta del gobierno; o que la agenda sea impuesta desde las redes, haciendo que los medios convoquen a las fuerzas o figuras aclamadas por las redes para no perder audiencia.

En este punto cabe mencionar que el propio periodismo argentino ha virado hacia un relato oficialista, donde cada palabra es medida, quedando poco de “periodismo independiente” o como ocurre en los canales nacionales, “la bajada de línea” llega a periodistas para que salgan a pegar a este o a otro para bajarlo del escenario político o porque simplemente hablar de esa persona suma raiting.

Enhorabuena la compra de Twitter por Elon Musk, y felicitaciones a la izquierda por mostrar que odian la libertad de expresión.

Mientras ellos sigan opinando con sus teléfonos fabricados por el sistema que dicen odiar, la gente les va a demostrar que la libertad vale por sobre cualquier otra cosa.

*Por Bryan Villaba. Apoderado UCEDE Misiones

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