PUERTO RICO. En un primer momento, las pericias preliminares señalaban que se trató de un suicidio, ante esta posibilidad, la familia de la víctima culpó por el desenlace a la iglesia Testigos de Jehová, culto que el joven practicaba y decidió dejar, motivo que provocó acoso, presiones y hostigamiento por parte de la iglesia, para que regresara.

El pasado 19 de enero, la familia de la víctima, al no recibir señales de vida por parte del joven dio aviso a la policía, que inmediatamente asistió al departamento. Tras llamar a la puerta y no recibir respuesta, con una orden del juez, procedieron a entrar al lugar y encontraron el cuerpo sin vida.

Según trascendió, el joven fue encontrado dentro de su domicilio obstruyendo la puerta de ingreso al mismo, lo que hace suponer que se desvaneció intentando salir del inmueble. Se encontraba tirado sobre un charco de sangre, boca para arriba, lo que indica que el cuerpo no fue movido luego de su muerte.

Sin embargo, la causa dio un giro cuando se conoció el motivo de la muerte revelado por la autopsia, que determinó que el motivo de su deceso habría sido de manera natural, provocada por una hemorragia cerebral que le provocó una muerte súbita.

El muchacho padecía problemas de presión, lo cual abona la teoría de que su fallecimiento fue a causa de un ACV o aneurisma cerebral. Sin embargo, se aguarda los resultados de los exámenes forenses a la orina y vísceras del joven que determinarán si ingirió alguna sustancia con el fin de quitarse la vida, independientemente de que los forenses determinaron.