Libertad: El clan de los Ferreira impide que asuma un concejal rovirista

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Luis Ferreira, un clossista enfrentado con el rovirismo, y su hijo sucesor en el cargo de intendente en Puerto Libertad, Fernando “Nandy” Ferreira, impiden que asuma, por derecho electoral, un taxista de militancia rovirista en un concejo donde quieren solo obediencia debida. Si hasta el único edil opositor, del Pro, se dio vuelta y ya milita para los “caudillos” del pueblo.[/vc_column_text][vc_single_image image=”234196″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]PUERTO LIBERTAD. La delicada convivencia interna entre el clossismo y el rovirismo, como principales socios de la Renovación K, estalló por el lado de Puerto Libertad, un bastión municipal que gobiernan los Ferreira desde hace varios mandatos como si fuera un pueblo medieval.

En las últimas horas trascendió que Luis Ferreira, que en diciembre de 2017 renunció a su cargo de intendente para ser reemplazado por su hijo Fernando, alias “Nandy” -quien presidía el Concejo-, mete presión para impedir que un concejal del rovirismo suceda a un edil de su misma agrupación interna, fallecido hace unas semanas.

No es novedad que los Ferreira gobiernan Libertad con una fuerte impronta caudillezca y no toleran que sus administraciones sean cuestionadas, ni siquiera, por sus propios colegas de la Renovación, que ocupan la mayoría de las bancas en el concejo deliberante.

Hace unas semanas falleció el concejal Miguel Villalba, de prosapia renovadora, pero de militancia rovirista en la agrupación que preside el joven empresario Juan Manuel Zorraquín y candidato a la intendencia por un sublema oficialista, pero con marcada crítica al clan Ferreira.

Por Ley de Municipalidades -ya que Libertad no tiene carta orgánica propia-, el escaño dejado por el fallecido Villalba tiene que ser ocupado por el trabajador del volante Ricardo Acosta, ya que fue consagrado por la Justicia Electoral como el primer sucesor en el cargo.

Sin embargo, los Ferreira ordenaron a sus discípulos en el concejo que frenen esa designación, cuestionando la “residencia” de Acosta, que por razones laborales acaba de fijar su domicilio en Puerto Iguazú. Por su condición de taxista y una exigencia municipal de la ciudad de las Cataratas, Acosta tuvo que cambiar de domicilio para poder conseguir la licencia internacional en el traslado de turista.

Pero toda esta historia de aprietes y conveniencias de los Ferreira no termina ahí: la que tendría que asumir el cargo en lugar de Acosta es Maura Ramos, tercera concejal en la lista sucesoria, a quien los inefables Ferreira ya hace tiempo la tienen en su esquema de poder, con contratos y favores.

Por si eso fuera poco, para pintar el escenario de una ciudad sometida a merced y voluntad clientelar de padre e hijo, el concejal del Pro, el profesor Andres Martínez, hace una semana abandonó las filas de Cambiemos y se acobijo en el calor del poder sometedor de los Ferreira.[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][vc_column_text]