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Señalan los graves errores históricos de Alberto, en sus dichos racistas sobre Brasil

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El historiador Carlos Gutiérrez analizó el discurso racista del presidente Alberto Fernández y además de remarcar que es impreciso y erróneo, puso de relieve que va en contra del revisionismo nacionalista de una corriente peronista que forma parte del gobierno nacional.

Señalan los graves errores históricos de Alberto, en sus dichos racistas sobre Brasil

POSADAS. La desafortunada frase del presidente Alberto Fernández, sobre el supuesto “origen” de las poblaciones de Argentina, Brasil y México fue desmenuzado por el historiador e investigador de la UNAM, Carlos Gutiérrez, quien puso de relieve las imprecisiones del mandatario, pero, además, resaltó que el discurso “europeizante” esbozado por el mandatario, va en contra de la corriente revisionista y nacionalista ligada a un sector del peronismo que en estos momentos está gobernando el país.

Para empezar, Gutiérrez marcó que Alberto Fernández pudo haber dicho algo similar a lo que dijo, sin causar burlas, aunque sí, polémica. “Podría haber dicho que los mexicanos vienen de los aztecas, los brasileños de los incas y nosotros de los barcos”, comentó el historiador, vinculando el discurso de Fernández con el europeísmo que fue muy fuerte en la etapa fundacional del país.

“Por los antropólogos de Posadas, supe que Argentina tiene dos veces y media más aborígenes que Brasil, en términos absolutos. Quizás puede haber cambiado esa cifra. Pero cualquier argentino en general no reconoce eso. El europeísmo nos marcó mucho”, puntualizó Gutiérrez, desmintiendo uno de las ideas implícitas en el discurso de Fernández, que fue tildado de racista y xenófobo en distintos puntos de planeta.

Las imprecisiones de Alberto y el europeísmo

Sin embargo, el historiador aclaró que “lo que dijo Alberto tiene un correlato fuerte. Fuimos uno de los 3 o 4 destinos más importantes de la gran corriente inmigratoria europea. Eso también lo dijo mal, porque dijo en la primera década del siglo (XX). Pero fue entre 1870 (fines del siglo XIX) y 1930 (principios del siglo XX). Hubo un saldo migratorio, entre los que llegaron y se fueron de 6 millones 600 mil inmigrantes. Eso era como ponernos al nivel de Canada y Estados Unidos”, precisó Gutiérrez, explicando por qué, a principios del siglo XX, “en muchos núcleos había más población extranjera y europea que la local”.

No obstante, Gutiérrez puso de relieve que con sus dichos europeizantes y de corte racista, el presidente “contradijo una corriente cultural historicista del peronismo revisionista”.

Al respecto, el investigador explicó que después de la década del 30, se llegó a prohibir la inmigración y “hubo un auge del nacionalismo y el revisionismo”, el cual “fue una de las fuentes del peronismo”. Ese revisionismo “plantea, miremos a los ‘morochos’, con un rechazo al europeísmo”, sostuvo.

El revisionismo peronista y el revisionismo renovador

Vinculado a esto, Gutiérrez trazó un paralelismo entre el revisionismo peronista nacionalista, que rechazaba la vertiente inmigrante en la construcción de la identidad nacional, y el “uso” de la figura del prócer guaraní Andresito Guacurarí, que “apunta” a rechazar y negar el acervo cultural europeo que forma parte de la idiosincrasia misionera.  

“Misiones se caracteriza por la inmigración. Hay una historia oficial de la Renovación (el partido que gobierna Misiones desde 2003 a la fecha), que plantea ‘correr a toda la gringada y miremos a Andresito’. Con la particularidad de que los guaraníes locales ni saben quién fue”, lanzó Gutiérrez, aclarando que los mbya, a contramano de esa retórica renovadora, “están desatendidos, marginados y en la peor situación”.

De acuerdo con Gutiérrez, “en Misiones hay un elevado nivel de integración”, pero también una “puja entre la historia ‘morocha’ y la historia ‘gringa’, que es una estupidez”.

En realidad, según el historiador, hay una contribución a la identidad misionera que “fue compleja e integrada, con focos de conflictos no sólo entre morochos y gringos, sino también entre polacos y alemanes”, propuso. “Misiones fue uno de los ejemplos más exitosos de la ley Avellaneda, de asignar lotes de 25 hectáreas. Que ahora conocemos como chacras. Se logró separar una tierra que no había sido entregada políticamente. Y se logró una colonización muy exitosa”, subrayó.

El uso de Andresito por el partido gobernante

En cuanto a la figura de Andresito, Gutiérrez recordó que el antropólogo Fernando Jaume –ex rector de la Universidad Nacional de Misiones-, que “hizo un trabajo muy interesante sobre el uso de Andresito. Hay un anclaje entre Andresito y (Carlos) Rovira (el conductor de la Renovación y presidente de la Cámara de Representantes desde 2007). Si quiero construir una ‘misioneridad’ necesito un prócer”, argumentó el historiador.

“Hubo mucho de la gesta (de Andresito) que fue real. Pero algunas de las cosas se inflaron y se recortó (parte de la historia) Se pone en boca de Andresito o se subrayan cosas que no ocurrieron. En un momento, Andresito quiso terminar con la revolución”, reveló el investigador. Con esto dio por tierra con una construcción políticamente utilizada del prócer guaraní.

“La herencia misionera no pasa sólo por Andresito”, remató.

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