Posadas

En Miguel Lanús, “como ‘Puchito’ tenemos muchos, hay un Estado ausente”

cargando anuncio

Lo dijo Beatriz Olmedo, una histórica vecina del barrio, que fue clave para evitar que un hombre de 41 años se arroje al vacío desde 40 metros de altura. La mujer reveló que el muchacho en cuestión, llamado “Puchito” en el barrio, no es esquizofrénico, sino que padece depresión crónica y estaba bajo tratamiento, pero no tiene dinero para comprar los medicamentos que le recetan en el Hospital Carrillo. “Hablan de ciudad universitaria, pero que bajen a Villa Lanús, vivimos como hace 40 años”, sentenció.

En Miguel Lanús, “como ‘Puchito’ tenemos muchos, hay un Estado ausente”

POSADAS. El caso del intento de suicidio que afortunadamente se pudo evitar este martes en el barrio Miguel Lanús, donde un hombre de 41 años amenazó con arrojarse desde una antena desde unos 40 metros de altura, fue analizado por Beatriz Olmedo, una vecina del muchacho, quien habría sido una de las que lo convenció para que desista de su intención.

En diálogo con el Noticiero de MisionesCuatro, Olmedo contó detalles de la dramática situación vivida y recalcó que el hombre en cuestión, a quien conocen en el barrio como “Puchito” no estaba intoxicado ni padece esquizofrenia, sino que, al contrario, estaba plenamente consciente de sus actos.

Olmedo relató a este medio que el muchacho en cuestión que pudo haberse caído por accidente, no quería bajar de la antena, pese a las súplicas de su madre. Según la vecina, cuando los bomberos le dieron un megáfono, logró conseguir que “Puchito” la reconozca. “Cuando estaba muy mal, mi hija y yo le hablábamos y él nos conoce. Caminaba por el borde y si no se mataba, se caía”, dijo la mujer.

“El problema es general, cuando caen esos chicos presos, no a todos, les pegan y maltratan. En su estado de mediana lucidez, decía que no quería que lo agarren los policías”, contó la mujer, señalando que la presencia de los policías fue contraproducente cuando trataban de convencer a un hombre de que no se arroje al vacío a una muerte segura. “Pedí por favor a la policía que no intervenga, que se acerquen los bomberos”, añadió la mujer.

Según Olmedo, le aseguró que los policías “no lo iban a tocar. Estuve una hora y media parada, cuando vimos que ya se iba a tirar, me quedo yo, le empiezo a contar cosas. Él tiene un hijo, pero la mujer no lo quiso traer. Logré convencerlo de que se lo quiere y que la policía no lo iba a tocar”, reveló la vecina.

Contrario a las primeras versiones que indicaban que el hombre padece de esquizofrenia, Olmedo explicó que “Puchito”, “tiene una depresión crónica y está haciendo tratamiento en el Carillo. Y creo que la medicación no lo ayudó. Cuando bajó me abraza y se larga a llorar, estaba helado y lo subieron a la ambulancia”, dijo la vecina.

“No estaba drogado, estaba consciente, porque al reconocerme a esa altura, estaba consciente de lo que estaba haciendo”, aseguró Olmedo a este medio.

En una reflexión más general, Olmedo consideró que hombres y jóvenes con depresión y problemas de adicciones, hay muchos en el barrio, donde el Estado está ausente. “Puchitos tenemos muchos en el barrio. No es posible que la Comisaría Décima no tenga un teléfono. Dicen que son perjudiciales. Pero no hay contención, el gobierno tiene la obligación de intentarlo. Hay un centro de rehabilitación que es Manantial, ¿para qué sirve?”, se despachó la vecina.

El hombre que trató de suicidarse este martes, “era drogadicto, desde los 25 años empezó con la droga, pero intentó salir muchas veces. Es pintor de profesión, pero le superó la vida. Puchitos hay muchos en Villa Lanús, pero no tenemos policía con teléfono, no tenemos ambulancias. Son chicos excluidos de la sociedad, y ¿ud. cree que ellos no se dan cuenta que todo el mundo los desprecia?”, planteó la vecina.

Y dejó entrever, que, en el Hospital Carrillo, no le entregaban gratuitamente, la medicación necesaria para tratar su depresión crónica. “Hay gente que no puede comprar antidepresivos, estamos hablando de adictos crónicos. Después de la adicción viene la depresión, por la abstinencia misma. En la desesperación salen a robar”, comentó la mujer.

barrio Miguel Lanús de Posadas

“Hay un gobierno ausente, si tenemos centros de rehabilitación, podemos salvar chicos. Quizás a él no, pero a chicos de 13, 12 años, se pueden salvar todavía”, acotó Olmedo, una mujer que hace 40 años reside en Miguel Lanús.

En esta línea, redobló sus críticas hacia el Estado que no interviene y contiene a personas excluidas o marginalizadas. “Este chico estaba consciente y no quería vivir más. Sabía bien, lo que estaba haciendo. Y son muchos. Está bien que se lo detenga, pero no tienen derecho a pegarle o maltratarle. Y la Justicia los libera. Estamos hablando de chicos totalmente desprotegidos por la sociedad y las madres no pueden hacer nada”, enfatizó la mujer.

“El Estado tampoco nos ayuda a nosotros. ¿Sabe lo que vale un antidepresivo? Entre $2.000 y $3.000. En el Carrillo no les dan los medicamentos. Intentó mucho salir, ahora estaba con tratamiento por esta situación”, subrayó Olmedo, recordando que, en el barrio, no cuentan con una ambulancia pese a contar con un hospital zonal. “Hablan de la ciudad universitaria, pero que bajen a Miguel Lanús, vivimos como hace 40 años atrás”, sentenció.

Comentarios