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Posadas Insegura: habló la médica a la que un motochorro le fracturó un dedo frente al gimnasio del IPS

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“No me siento segura en ningún lugar; me tenía que reincorporar y no estoy en condiciones”, dijo Paula, una doctora que sufrió un violento asalto en la calle Ceballos casi Avenida Lavalle, el jueves último.

Posadas Insegura: habló la médica a la que un motochorro le fracturó un dedo frente al gimnasio del IPS

POSADAS. Paula, una médica que trabaja en la capital misionera, brindó detalles a MisionesCuatro sobre el feroz asalto del que fue víctima el jueves último, a metros del gimnasio del Instituto de Previsión Social (IPS), donde un motochorro, la golpeó, le fracturó un dedo y le sustrajo su bolso, sus tarjetas, su sello médico y su teléfono celular, entre otras pertenencias.

En diálogo con MisionesCuatro este martes, Paula relató que el jueves salía de la vivienda de una amiga, en calle Ceballos casi avenida Lavalle. “Salí me metí en el auto. Me puse el cinturón, estaba contestando mensajes en el celular”, reveló Paula sobre el momento en el que fue atacada. “Había personas que salían del gimnasio, pero nadie hizo nada”, agregó con desazón.

Así ocurrió que, en ese momento, alrededor de las 20.40 hs., “alguien se acerca, me abre la puerta del auto e intenta agarrar mi celular que estaba arriba de mi bolso. Agarro con la mano izquierda el celular y empecé a forcejear para que no se lleve mi bolso. Tenía mi sello de médico. (El motochorro) me dobla la mano y me fractura el dedo. No sentí tanto dolor por la adrenalina. Suelto el bolso y se lleva todo”, relató la médica, añadiendo que en ese lapso de tiempo, el motochorro la golpeó en los brazos.

“Me fracturó la tercera falange del quinto dedo de la mano derecha”, precisó la doctora.

Calle angosta y oscura, donde nadie socorrió a la víctima

Según Paula, en esa calle, “que es muy angosta”, “falta iluminación. Una chica que estaba en el gimnasio dijo: ‘desde la esquina vimos que te iban a robar’”, añadió Paula, quien insistió en que nadie le advirtió del inminente ataque.

Luego del asalto, “estuve en shock y me puse a dar de baja las tarjetas. Mi amiga no escuchó nada. (Yo) estaba dentro del auto. Grité mucho, pasó un rato pero nadie acudió”, expresó la mujer. Y describió al asaltante como un hombre delgado, de alrededor de 1,76 metros, que tenía el casco de motociclista puesto. “No me lastimó más porque mi auto es chico y a él le costó moverse”, opinó Paula.

De acuerdo con lo que pudo recordar de la dramática experiencia, el motochorro actuó con un cómplice. Este lo esperaba en la moto, de espaldas al asalto y apuntando hacia la avenida Lavalle.

Por otra parte, Paula admitió que sufre secuelas psicológicas y físicas por el asalto. “Es como que te cambia, todo. No me siento segura en ningún lugar. Hoy me tenía que reincorporar y no puedo hacerlo. Soy médica y no sirvo en este momento (para su labor) No puedo conducir. Tengo que hacer todos (los trámites) de nuevo y tengo miedo porque ellos tienen mi sello (médico)”, confió Paula.

“Tenía todo en mi billetera, el carnet de médico nacional que me costó un montón hacerlo. Me sacaron toda la documentación”, agregó Paula, y reveló que, en la misma semana, a una conocida suya también le robaron el celular. “Son violentos y están atacando a mujeres. Hay que tener muchísimo cuidado”, sentenció la médica.

Excesiva burocracia para radicar la denuncia

Asimismo, Paula consideró burocrático y engorroso, el proceso para radicar la denuncia policial. “Fui a la comisaría segunda y me llevaron al hospital de Fátima. Perdí mucho tiempo ahí. Hay mucha burocracia. El asalto fue a las 20.40 y terminé a las 1 (de la madrugada). No sabían muy bien qué tenían que hacer. Me llevaron al médico de sanidad y ni siquiera me habían sacado una placa (radiográfica). Yo ya sabía que me habían quebrado. Me pusieron tranquilizantes y el dolor no se iba. Y mi dedo estaba cada vez peor. Fue muy traumático todo”, manifestó.

“Esa cuadra donde me robaron es bastante peligrosa. Si bien está el gimnasio del IPS, no hay una cámara de seguridad. La calle es angosta y oscura”, finalizó la doctora.

Con su experiencia, Paula dio por tierra con las opiniones del ex funcionario renovador Maximiliano “Totito” Álvarez. El ex subsecretario había dicho semanas atrás que, en Misiones, la gente no cierra con llave sus viviendas y deja las bicicletas sin candado, en la vía pública. La respuesta de los posadeños a esa declaración, fue lapidaria.

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