POSADAS. En el contexto de la trascendencia nacional que tuvo el presunto brote de botulismo en Andresito, donde fallecieron tres personas luego de consumir chachinados, posiblemente contaminados con la bacteria Clostrydium botulinum, la Subsecretaria municipal de Salud Lilian Tartaglino evacuó dudas respecto de dónde está presente la peligrosa bacteria que genera toxinas que afectan al sistema nervioso central y a la capacidad de respirar, en los cuadros más graves.

Para empezar, Tartaglino insistió en que aún no están concluidos los estudios que determinen o descarten que las muertes e internaciones ocurridas en Andresito, en los últimos días, ocurrieron por un brote de botulismo. “Eso está todavía a confirmarse”, insistió.

“El Clostrydium botulinum es una bacteria que tiene la particularidad de crecer en ambientes con bajo nivel de oxígeno. Por eso es tan frecuente en las conservas mal preparadas. O con baja seguridad alimentaria. Y también en los embutidos”, confió la subsecretaria.

En qué alimentos puede encontrarse la bacteria que causa el botulismo

Consultada respecto de si esta bacteria letal, sólo se encuentra en chacinados –como parece haber sido el caso de Andresito- o si puede contaminar otros alimentos, Tartaglino explicó: “Puede estar en verduras, en conservas de verduras y es muy frecuente en todo tipo de escabeches. Tenemos que saber que es una bacteria (presente) en la tierra y en los cursos de agua (dulce y salada)”, puntualizó la funcionaria.

En esta línea, Tartaglino resaltó que la toxina botulínica “es altamente peligrosa. Por eso es importante manipular bien los alimentos, la higiene de las manos. Usar agua segura en la preparación y saber que estos alimentos que se van a conservar, necesitan una pasteurización adecuada. No alcanza con los 100ºC del hervido. Si bien a más de 85ºC sabemos que se inactiva esta bacteria, cuando se hiervan los frascos a 100ºC, no llegan a la temperatura necesaria”, advirtió la funcionaria.

Así, para la esterilización de frascos destinados a conservas, se necesita un “auto-clave, que es un cilindro de metal en el que se introducen los frascos y latas, para que lleguen a temperaturas muy altas y mueran todo tipo de organismos”, precisó.  

“Igualmente, después que abrimos los frascos hay que conservarlos en la heladera. Y si son latas, hay que retirar el alimento de la lata y colocarlo en la heladera”, aclaró Tartaglino. Y también advirtió que si la lata “tiene una forma indebida (anormal), abollada, o si el barniz que tiene adentro está desprendido, ese no es un alimento seguro y no hay que consumirlo”.

La sintomatología compatible con botulismo

En cuanto a los síntomas de posible intoxicación botulínica, Tartaglino describió: “Produce una parálisis fláccida, lo que quiere decir que hay una parálisis muscular creciente. Aparecen entre las 12 y 36 horas del consumo, excepcionalmente a las 4 horas o a los 8 días, que son casos particulares. (Aparecen) debilidad intensa, trastornos en la visión, pero lo más grave es que presentan problemas para que los músculos (encargados de la respiración) funcionen. Así que necesitan asistencia respiratoria”, consignó.

“En niños puede haber irritabilidad, mal sostén de la cabeza, vómitos, constipación, boca seca, son múltiples los síntomas”, subrayó Tartaglino, quien añadió que los “menores de 6 meses son más susceptibles” al botulismo. Ello ocurre “porque al no recibir otro alimento que la leche, tienen un PH alto, es decir, poca acidez en el estómago. Entonces no destruye las esporas (de Clostrydium botulinum) que liberan las toxinas botulínicas”, indicó.

Según Tartaglino, la mortalidad del botulismo es, en general, del 5 al 10%, “según la bibliografía. El tratamiento es el suero antibotulínico, que debe ser suministrado apenas detectado o sospechado el cuadro. Es lo que salva la vida, junto con la asistencia respiratoria”, concluyó.