El Conicet realizó un informe para conocer como afectó a las comunidades aborígenes el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Uno de los focos estuvo en la educación.

Sobre el tema, la investigadora adjunta del Conicet, Noelia Enriz explicó a MisionesCuatro que el estudio propone conocer la situación educativa de las comunidades mbyas guaraníes y relevar la centralidad de las instituciones educativas en esas organizaciones.

“Las escuelas siguieron ofreciendo el menú que tenían. Siguieron cocinando y lo repartían con viandas para las familias”, comentó Enriz en relación al servicio de comedor que brindan las escuelas.

Específicamente en educación, según el relevamiento, hubo estrategias internas de las aldeas para que el contenido educativo les llegue a los niños. En ese sentido, la investigadora aclaró que “hicieron aislamiento comunitario. Nadie entraba y los que salían eran pocos, solo para hacer trámites”.

El contenido educativo llegaba a los estudiantes vía celular o en la mayoría de los casos, por los agentes interculturales, docentes indígenas o los propios maestros. Cabe aclarar que el uso del celular en las comunidades es comunicativo, mientras el uso escolar es diferente, a ese inconveniente se suma la ausencia de dispositivos y las dificultades de conectividad.

Consultada sobre la producción masiva audiovisual y su llegada a las comunidades, Enriz comentó que también hubo material escrito, pero explicó que “en ningún caso tienen una línea de corte vinculada a lo intercultural, están pensado de modo estándar. El modelo es homogéneo y algunas singularidades quedan por fuera”.

Finalmente, Enriz hizo referencia a la Plataforma Guacurarí y opinó que “no tiene una línea específica para la cuestión intercultural”, a lo que se suman “la escasez de dispositivos y dificultad de conectividad”.