Salud

Las causas de la caída del pelo en las mujeres

cargando anuncio

Varios especialistas analizaron los alcances de un problema que tiene una solución más fácil de lo que parece.

Las causas de la caída del pelo en las mujeres

Hace poco una mujer de mi grupo de tejido preguntó si sabíamos dónde podía comprar una peluca canosa. A pesar de que parecía tener una cabellera abundante, aseguró que se le caían mechones de cabello cada vez que se lo cepillaba o lo lavaba. Evidentemente estaba muy angustiada por lo que sucedía y dijo que no quería esperar a quedarse pelada para encontrar la solución. También se preguntaba por qué le pasaba esto de golpe y cómo podía detenerlo. El dermatólogo que consultó le hizo algunas preguntas y le sugirió una causa probable. Tres meses antes, mi amiga se había sometido a una cirugía por cáncer de colon y, como si eso no hubiera sido suficiente estrés, desarrolló una infección grave.

La consecuencia tardía, una especie de pérdida de cabello difusa llamada efluvio telógeno, estaba provocando que se le cayeran mechones de pelo de esa manera. La buena noticia era que no padecía ningún otro mal físico ni psicológico y que lo más probable era que en un año recuperara su volumen normal y pudiera donar la peluca que compró.

En un libro que describe los síntomas llamado Am I Dying?! (¡¿Me estoy muriendo?!), de los doctores Christopher Kelly y Marc Eisenberg, el capítulo sobre la pérdida del pelo describe de manera sencilla las tres etapas del crecimiento normal y las razones por las que podría interrumpirse. En circunstancias normales, las personas tienen entre 100.000 y 150.000 cabellos en la cabeza y cada folículo capilar tiene su ciclo de crecimiento independiente.

Sin contar algún padecimiento subyacente, aproximadamente el 90 por ciento de tu pelo se encuentra en la fase anágena o de crecimiento, la cual puede durar años y tener como resultado largos rizos a menos que los cortes. El diez por ciento restante se encuentra en fase catágena, que dura entre cuatro y seis semanas, y durante la cual los folículos capilares comienzan a debilitarse, o en la etapa telógena o de descanso, que dura dos o tres meses, que es cuando el cabello está listo para caerse y terminar en el cepillo, tu ropa o el piso.

Es normal perder aproximadamente 100 o 150 cabellos en fase telógena cada día, pero la pérdida de 100 o más en un lavado o al cepillarse es una causa de alarma. Eso puede suceder cuando los folículos capilares de la fase anágena progresan prematuramente hacia la fase telógena y tienen como resultado una pérdida anormal dos o tres meses después.

“El estrés intenso asociado con las cirugías, la pérdida de peso, los partos y otras experiencias emocionales, puede provocar que la mayoría del pelo entre en fase telógena. Puesto que esta etapa dura tres meses en promedio, la mayoría de tus cabellos comienzan a caerse después de que eliminaste el factor que te provocó estrés”, apunta el libro editado por Lindsey Bordone, profesora adjunta de Dermatología en la Universidad de Columbia. Asumiendo que hayas superado el hecho estresante, considera conseguir una peluca, un pañuelo para la cabeza, un turbante, una gorra o un sombrero y espera a que te crezca de nuevo. Se recomienda tener mucha paciencia ya que el crecimiento no es perceptible durante cuatro o seis meses y podría tardar entre doce y dieciocho meses en llegar a una apariencia cosméticamente aceptable. Los médicos afirman que en realidad no hay nada que pueda acelerar el proceso, así que no gastes tu dinero en suplementos y otros remedios no médicos.

Otras causas posibles incluyen una tiroides hiperactiva o hipoactiva, en la que el crecimiento normal se restaura una vez que la anormalidad hormonal se corrige. Varias enfermedades crónicas o inflamatorias, enfermedades autoinmunes o infecciones crónicas también podrían causar la caída difusa de cabello en etapa telógena. Las deficiencias nutricionales, en especial de hierro o zinc, proteínas, ácidos grasos o vitamina D, son otra causa probable, además de la restricción extrema de calorías o dietas de choque. Según Bordone, sin importar tus sospechas, se recomienda ampliamente hacerse una revisión médica minuciosa para determinar una causa específica para la caída difusa de cabello que, con frecuencia, se puede corregir.

La pérdida en la fase anágena nunca es normal y lo más habitual es que sea resultado de una exposición a un tóxico como un tratamiento con medicamentos contra el cáncer. Por lo general comienza a notarse una semana o dos después del inicio de la quimioterapia y es más evidente a los dos meses. Hay más probabilidades de que el cuero cabelludo se vea afectado, pero también podría presentarse en el vello facial y corporal. No obstante, el pelo comenzará a crecer de nuevo unas semanas después del término de la quimioterapia.

Otra de las causas puede ser la radiación y el envenenamiento con metales pesados. Además de los medicamentos quimioterapéuticos, otros fármacos que pueden provocar este problema son la warfarina, los esteroides, las píldoras anticonceptivas, el litio, las anfetaminas y los suplementos de vitamina A. Cuando se suspende su ingesta, todo vuelve a la normalidad.

La más común es la relacionada con la edad y no se asocia con ninguna enfermedad, deficiencia subyacente ni situación de estrés. Se trata de la alopecia androgénica, comúnmente llamada calvicie de patrón masculino o calvicie de patrón femenino cuando afecta a las mujeres. Este tipo es más común en hombres blancos y afecta más o menos a la mitad de la población masculina a los 50 años aproximadamente. Las mujeres blancas suelen mantener su cabello más tiempo, aunque alrededor de la tercera parte de ellas experimenta la caída cerca de los 70 años, según reportaron los médicos de la Universidad de Columbia.

Hay muchos medicamentos disponibles que pueden ayudar a combatir esta patología, al menos hasta cierto punto. Uno de ellos es el minoxidil, una crema para el cuero cabelludo; otro es una píldora llamada finasterida, que puede ayudar a encoger una próstata crecida y mejorar la micción, pero puede ocasionar disfunción eréctil en el uno por ciento de los hombres. Las mujeres también pueden usar el minoxidil, sin embargo, muchas pacientes contribuyen a la caída cuando optan por peinados apretados o trenzas.

La forma más desconcertante se llama alopecia areata y es el resultado de un ataque del propio sistema autoinmune contra los folículos capilares. Por lo general, tiene como consecuencia parches de calvicie del tamaño de una moneda en la cabeza, aunque el ataque del sistema autoinmune también puede afectar la barba de un hombre, todo el pelo de la cabeza o el vello del cuerpo. El cabello vuelve a crecer al cabo de un año en la mitad de los pacientes aproximadamente, aunque según los médicos, en ocasiones puede volver a caerse.

Por Jane E. Brody, © 2020 The New York Times Company.

Comentarios