Este jueves, víctimas y familiares de víctimas de abuso sexual realizaron una pegatina de carteles en el frente de la Fiscalía de La Plata, para reclamar que el sacerdote Raúl Sidders, acusado de abusar de una menor de edad, en esa ciudad bonaerense en el año 2004, cumpla la pena de prisión preventiva en una cárcel común y no en su domicilio.

El juez de Garantías de La Plata, Agustín Crispo, otorgó la prisión preventiva, con el beneficio de la prisión domiciliaria y uso de tobillera magnética, a Sidders-quien cumple funciones en Puerto Iguazú-pero la medida no se cumplió porque fue apelada por la víctima.

En diálogo con Télam, Julieta Añazco, quien de niña fue abusada por el sacerdote Héctor Giménez, adelantó que el viernes “vamos a hacer una volanteada en las inmediaciones del Colegio San Vicente de Paúl (donde daba clases Sidders) para que los vecinos conozcan la causa y también que sepan cuáles son las señales de alerta para que los padres sepan si sus hijos e hijas pueden estar sufriendo abuso”.

Crispo dictó la prisión preventiva para Sidders por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, por su duración en el tiempo y circunstancias de realización doblemente agravado, contra una mujer que denunció haber sido abusada por el sacerdote entre el 2004 y el 2008, cuando la víctima tenía entre 11 y 14 años y asistía a un colegio de La Plata.

A fines de noviembre, la justicia pidió el arresto de Sidders. El religioso está detenido desde el pasado 1 de diciembre, cuando se entregó a la justicia, luego que se librara una orden de detención en su contra.