El principal punto de discordia radica en el precio establecido por el INYM, que, según Ozeñuk, no refleja en absoluto los costos reales de producción ni los aumentos en otros sectores clave, como el combustible. Actualmente, el precio fijado es de 210 pesos por kilogramo hasta finales de enero, una cifra que los productores consideran desactualizada e insuficiente para hacer frente a los crecientes gastos.

“Creemos que venimos con los precios desactualizados”, afirmó Ozeñuk. “Estamos con un Laudo de la época del gobierno con Massa como ministro de economía y a 210 pesos hasta el 31 de enero. Después tenemos 240 pesos para febrero y 250 pesos para el mes de marzo”.

La situación se volvió insostenible para muchos productores, quienes enfrentan un aumento del 100% en la desactualización de los precios. Ante este panorama, los productores establecieron una demanda clara: un precio de 505 pesos por kilo de yerba mate, que consideran justo y necesario para mantener la rentabilidad.

Ozeñuk también destacó la falta de representación efectiva en el INYM, señalando que la institución está prácticamente acéfala en la actualidad. Además, criticó la intervención del Gobierno provincial y mencionó la creación de un supuesto Instituto Misionero Yerbatero, lo que generó aún más desconfianza entre los productores.

“Crearon una discordia y salieron a hablar los Petterson (Julio y Jonas) de un supuesto Instituto Misionero Yerbatero que dio más desconfianza”, dijo.

En vista de la situación, los productores dejaron en claro que no descartan tomar medidas drásticas, como detener la cosecha, si no se llega a un acuerdo satisfactorio. “Todos estamos de acuerdo en parar la cosecha”, afirmó.

Con la presión aumentando sobre el INYM y las autoridades provinciales, queda por ver cómo se desarrollarán las negociaciones en las próximas semanas y si se logrará alcanzar un consenso que satisfaga las demandas de los productores de yerba mate.