El delito ambiental se perpetró semanas atrás y motivó la intervención del Ministerio de Ecología, aunque esta información no fue difundida. El desmonte arrasó especies nativas fundamentales para la protección de un cauce de agua fundamental para los municipios de Aristóbulo del Valle y Salto Encantado, ya que es justamente el arroyo Alegre el que abastace del recurso vital para su potabilización y posterior consumo de la ciudadanía.
En el lugar desmontado, se prevé la ampliación de un predio de casas para personas extranjeras. El responsable del emprendimiento es el arquitecto mendocino Carlos Romeo.
Este lamentable accionar, arrasó con las denominadas fajas ecológicas, que son las franjas de bosques nativos que interconectan a los bosques protectores y permiten, en forma conjunta, la formación de un sistema de defensa ecológica básica. Según la ley, las fajas ecológicas deben tener un ancho mínimo según el tamaño del predio. En este caso, el desmonte fue total y llega hasta el borde del arroyo.
Resulta indignante la impunidad absoluta con la que destruyeron el monte, en tiempos en que la sequía vuelve urgente la necesidad de preservar el monte nativo y cuidar al máximo los recursos hídricos.
Hasta el momento, el Ministerio de Ecología no informó el alcance de las sanciones para los responsables de este crimen ambiental.
*Texto y fotos: Sergio Alvez