Tras la masiva manifestación en la ciudad de Formosa en contra de las restricciones impuestas por el gobernador Gildo Insfrán, que comenzó el viernes al mediodía y terminó en incidentes y represión, los comerciantes desafiaron las medidas y abrieron los locales el viernes por la noche.

Además, desde el sector gastronómico comunicaron que durante este sábado atenderán al público a partir de las 18 hs y pidieron a todos que los “acompañen en esta lucha”.

La orden de que la ciudad regresara a la fase 1 de cuarentena molestó a empresarios, comerciantes y ciudadanos en general, que llevan un año tolerando fuertes restricciones y  salieron a la calle, desobedeciendo la orden directa.

La manifestación de viernes dejó varios heridos y, al menos, 93 detenidos. Pese a los balazos de goma y los gases lacrimógenos vencidos en el año 1995 que lanzaron los uniformados, a la noche los ciudadanos salieron a la calle con bocinazos. 

“La provincia se despertó”, resumió uno de los manifestantes.

“No teníamos piedras y la policía nos reprimió. Ahora siento alegría, mucha emoción. Nunca conocí otro gobernador. Hoy cambió Formosa, ya no tengo miedo”, dijo una vecina a TN en medio de los cacerolazos y bocinazos de la noche.

Ante los hechos, la reacción del Gobierno -mediante la Secretaría de Derechos Humanos a cargo de Horacio Pietragalla culpó a “los medios hegemónicos” y a la oposición de la violencia desatada en las últimas horas.

La marcha del viernes canalizó el reclamo de miles de comerciantes y pequeños emprendedores formoseños que gritaron, a coro, “queremos trabajar”, y sirvió de impulso para que reactiven su actividad, en un acto de rebeldía frente a las autoridades de Formosa.